Diferencia entre el asma alérgica y el asma no alérgica

Asma Alérgica:

 

es una enfermedad cada vez más frecuente entre los niños y los jóvenes. Se calcula que la padece el 5 por ciento de la población adulta y el 10 por ciento de los niños y adolescentes, y en muchos casos la enfermedad aparece como respuesta a determinados estímulos que producen alergia.

 

También aparece en relación con la exposición a sustancias alérgicas o neumoalergenos como el polen de las plantas, ácaros del polvo, o pelo de animales como perros y gatos. Suelen existir antecedentes familiares o personales de alergia.

 

Algunas de sus causas son:

 

  • Alergia al polen.

 

  • Ácaros del polvo.

 

  • Alimentos.

 

  • Hongos.

 

Asma no alérgica:

 

Las crisis se desencadenan por sustancias irritantes (como el humo del tabaco, el humo de leña, desodorantes, pintura, productos de limpieza, perfumes, contaminación ambiental), infecciones respiratorias (gripe, sinusitis…), aire frío, los cambios repentinos de temperatura, o el reflujo gastroesofágico.

 

¿El Asma se relaciona con las infecciones respiratorias?

 

A pesar de que las infecciones respiratorias son el factor asociado con más frecuencia con la expresión del asma (independientemente del tipo de edad y fase de la historia natural en la cual la infección ocurre) y de la fuerte asociación temporal existente entre las infecciones y las crisis obstructivas y asmáticas, el rol de los virus en la patogénesis del asma no está aún bien dilucidado. Los factores que explicarían esta conexión son heterogéneos y, a veces, contradictorios.

 

Probablemente las alteraciones en la función y tamaño de la vía aérea, la desregulación (congénita y adquirida) del tono de la vía aérea, las alteraciones en la respuesta inmunitaria a las infecciones y las variantes genéticas en dicha respuesta sean los cuatro mecanismos principales implicados en la asociación entre las infecciones respiratorias y del desarrollo del asma.

 

Las infecciones pueden afectar a las vías respiratorias altas (nariz, garganta, tráquea y bronquios) o a las vías bajas, es decir, a los pulmones. Las primeras son las más frecuentes y engloban, entre otras, pero pueden llevar a causar asma.

 

Ambos problemas tienen relación. Los alérgenos, como el polen o la alternaria, afectan y mucho a los pacientes asmáticos porque no sólo son una de las principales causas de asma, sino que también son uno de los desencadenantes más frecuentes de crisis de asma entre las personas afectadas por esta enfermedad.

 

Sin embargo, no hay que confundir asma con una infección respiratoria ya que el asma es una enfermedad crónica que consiste en una inflamación de los bronquios que provoca que se irriten y estrechen, dificultando la respiración, y es una respuesta inmunológica o defensiva frente a sustancias que normalmente no provocan reacciones en la mayoría de las personas. Y aunque ambas enfermedades están relacionadas.

 

¿Por qué se produce?

 

Se sabe que en algunos casos las personas son sensibles a algunas sustancias que inhalan. Estas se llaman alérgenos o desencadenantes, es así porque a concentraciones muy bajas provocan una gran respuesta en los bronquios, cerrándolos (hay hiperreactividad).  Los desencadenantes pueden ser ácaros del polvo, pólenes, pelos de animales, componentes del aire como el humo del tabaco o del ambiente, infecciones respiratorias, pero también exposición al frío, emociones fuertes o el ejercicio.

 

¿Cómo se expresa?

 

De varias maneras, son frecuentes las crisis de asma algunas son bruscas, antes de ellas todo está bien, en general de poca duración y auto limitadas. Casi siempre el enfermo queda bien hasta la siguiente. En algunos persisten algunas molestias, por ejemplo, dificultad para respirar, falta aliento o sentimiento de que la respiración es trabajosa, intensidad es variable, pueden ser leves o grave.

¿Cuándo consultar al especialista?

Busca tratamiento de urgencia

 

Los ataques de asma graves pueden poner en riesgo la vida. Visita al especialista para determinar qué tipo de asma es y para que el te diga cual es el tratamiento más indicado, no dejes que los signos y síntomas empeoren.

 

Algunos de los síntomas son:

 

  • Rápido empeoramiento de la falta de aire o del silbido al respirar

 

  • Falta de aire cuando haces la mínima actividad físicas

 

  • Estornudos

 

  • Moqueo

 

  • Ojos rojos, llorosos o con picazón

 

  • Congestión nasal

 

  • Tos

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